Título original: The Rite
Género: Basada en hechos reales
Actores: Anthony Hopkins, Colin O'Donoghue, Alice Braga, Ciarán Hinds, Toby Jones, Rutger Hauer, Marta Gastini, Maria Grazia Cucinotta, Arianna Veronesi, Andrea Calligari, Chris Marquette, Torrey DeVitto, Ben Cheetham, Marija Karan, Rosa Pianeta, Giampiero Ingrassia, Rosario Tedesco, Cecilia Dazzi, Attila Bardóczy, Nadia Kibout, Anita Pititto, Sandor Baranyai, Fabiola Balestriere, Anikó Vincze
Clasificación: B-15
Duración: 1 hr. 52 min.
Director: Mikael Håfstrom, Mikael Håfström
Fecha de estreno: 28 de enero de 2011
¿Juayderito? Así quedó inmortalizada la frase que rebautizó esta película, dicha por el dizque reportero Joaquin Lopez Doriga en su fallida entrevista con Sir Anthony Hopkins (Para los despistados el “sir” indica título nobiliario o sea que no es cualquier mortal según la reina de Inglaterra) evidenciando así el gran hueco que dejó Jacovo Sabudovsky luego de su abrupta salida de Noticieros Televisa, vaya como nos reímos cada vez que vemos la entrevista y el remix que algún creativo del Youtube le hizo a dicho fenómeno pero viéndolo por el lado serio no hay justificación para el ridículo que este señor con su edad y su disque experiencia como reportero vino a hacer en esa entrevista, mira que no saber inglés con lo que gana este señor es el colmo la verdad se vio poco profesional, ustedes disculparan pero tenía que decirlo después de todo este es mi espacio de expresión.
Pero basta de polémicas y entremos de lleno en lo que viene a ser “El rito”
Es una película en donde se pone en tela de juicio la cuestión ancestral que el hombre ha venido arrastrando desde el inicio de su propia conciencia: ¿Existe el mal? Y no como meramente una serie de acciones y vejaciones que los hombres irracionales son capaces de cometer en el preciso momento en que pierden el respeto por lo más valioso que hay en este mundo: “la vida”. Si no más bien la pregunta se refiere al mal como una entidad etérea y omnipresente y consciente que engloba todo lo negativo y se manifiesta en posesiones demoníacas que rebasan la comprensión humana y nos hacen pensar que esto solo puede tratarse de la obra de demonios, genios o ghouls, llámense como se llamen, quienes aprovechándose de los momentos de mayor debilidad de personas inocentes se apoderan de sus cuerpos y sustituyen su conciencia por la viva encarnación de la maldad pura. Y es que a pesar de los años que han ido desmitificando el fenómeno de la posesión demoníaca hasta hoy en día hay casos que no pueden ser catalogados como simplemente desordenes de personalidad como esquizofrenias o casos de personalidad múltiple por “x” o por “y” no hay una certeza que indique que son solo eso o algo más, siempre existirá la duda y la incertidumbre que nos hará preguntarnos a nosotros mismos ¿En que creemos? Y es justo lo que esta película nos viene a hacer precisamente a que nos replanteemos la existencia de lo maligno pero también la existencia del bien pues viene siendo una verdad reciproca como viene siendo la certeza de que si hay día hay noche por ende si creemos en el bien debemos aceptar que el mal es su lado opuesto y que nosotros somos el recipiente en donde se vierten ambos opuestos, como una taza a la que se le agregan café y leche donde una vez mezcladas ya no se pueden separar, así debe ser nuestra fe una aceptación de ambas vertientes que componen el todo en nuestra alma.
La trama: Como muchos ya sabrán está basada en la vida de Michael Kovak un exorcista que ha practicado miles de rituales de exorcismo en todo el mundo, pero en si la historia como tal no se enfoca en toda su vida y esos exorcismos sino más bien en sus inicios cuando era un prometedor joven no creyente por extraño que suene esto ya que en un principio cuando este era un seminarista escéptico y es invitado a la escuela de exorcistas del vaticano sin pensar que entre más constantes eran sus roces con la religión de la que tanto dudaba, mas se estrecharía la distancia entre él y su inevitable confrontación con el mal, mal que él daba por inexistente “cegado” por su visión lógica de las cosas que lo hacía automáticamente descartar cualquier posibilidad paranormal, pero algo pasará o más bien pasó que lo hará volcarse hacia la fe como nunca antes lo sintió y luego de tener ese momento luminar de cara con esa fuerza maligna se sellaría de esta forma “El nacimiento de un exorcista” y su batalla contra esas fuerzas oscuras que a diario nos atañen.
Por los que se pregunten ¿En qué consiste el ritual de exorcismo O El Rituale Romanum? No soy un experto en la materia pero ya venía impregnado de cierto bagaje de información al respecto cuando me dispuse a entrar a la sala de cine y luego de ver la película pude corroborar esos conocimientos, que haría bien en compartir pues bien como en la película lo dan a entender la línea para identificar a un candidato de exorcismo de un sujeto con una disociación de personalidad es muy delgada y esto depende del criterio del exorcista y de ciertos signos que son tomados en cuenta y que están presentes en toda posesión:
La capacidad de hablar o entender una lengua desconocida anteriormente por la persona poseída, fuerza sobrehumana, el conocer lo desconocido esto es tener conocimientos de hechos ocultos o futuros, y una profunda aversión por los objetos sagrados como cruces medallas y reliquias. Y Aunque pero hay una ley universal que respeta el vaticano y es que cuando la medicina y todas sus opciones fallan es entonces cuando se recurre al exorcismo como último recurso. Las reglas del rito en la película las hacen ver muy simples y son poco explicadas o vistas solo superficialmente sin profundizar mucho en ellas. Por ello me di a la tarea de investigar un poco y esto fue lo que hallé:
Entre las reglas a seguir por el exorcista que se indican en el Rituale Romanum de la Iglesia Católica para expulsar al diablo están:
- Colocar un crucifijo ante la vista del poseso o en sus propias manos.
- Ponerle reliquias y medallas. Pero no acercarle demasiado la Santa Hostia pues puede maltratarla.
- No dialogar nunca con el demonio y ordenarle que se limite a contestar a las preguntas que se le dirijan.
- No creerle si simula ser un ángel o un difunto.
- No dar crédito a lo que vea u oiga que hace o dice el poseso.
- Preguntar a la víctima el nombre y número de entes malignos que lo poseen.
- Preguntar en que época y por qué o cómo se produjo la posesión, así como el día y hora en que abandonara al poseso.
- Exorcizar con autoridad enérgica, insistiendo en las palabras que más hacen sufrir al poseso.
- Hacer la señal de la cruz en las zonas del cuerpo donde el poseso acuse alteración.
- Rociar con agua bendita el cuerpo del poseso.
- Repetir las frases y palabras que más atormenten al demonio.
- Deben estar presentes los familiares para que vean cómo reacciona el poseso y le sujeten firmemente.
- Deben rezar durante la ceremonia y ser rociados por el exorcista con agua bendita.
- No hay que dar pábulo a las trampas y engaños que usan los demonios para hacer creer que han abandonado al poseso.
- En ocasiones incluso les dejan comulgar o les muestran alguna visión beatífica.
- Hay que recurrir siempre al ayuno y la oración pues, según dijo Jesús (Mateo 17,20), hay una especie de demonios que no puede ser expulsada más que por la oración y el ayuno.
Ahora en cuanto a mi análisis de lo que vi en la película debo recalcar algunos aspectos que yo bien tuve a hacerles libre interpretación:
· El no tener contacto directo con los ojos y hacer oídos sordos a lo que diga el demonio, a mi parecer se debe a que obviamente los ojos al ser la ventana del alma y los oídos otro acceso a esta, son los medios por los que estos seres pueden hacer mella en nuestro temple, por lo que caer en provocaciones directas son un recurso muy utilizado por estos entes despreciables y también ciertas alimañas menos etéreas y más comunes pero no menos peligrosas.
· La consigna de averiguar en nombre del demonio o los demonios que habitan el cuerpo de los posesos. Sea este Belcebú, Luzbel, Legion, Despite, Baal como el de la película O Voldemort (perdón este último no jeje). Y aquí es donde entra otra cuestión que en la película es simplemente ignorada: ¿Por qué es importante saber el nombre del demonio? Pues esto radica principalmente en un hecho bastante conocido por todos plasmada en la coloquial frase: “El conocimiento es poder” y el conocer el nombre del demonio le otorga al exorcista el dominio sobre este, ya que según las antiguas creencias los nombres tenían una alta relevancia mística y debían ser guardados celosamente a fin de no caer en maleficios y esto también aplica con las invocaciones y posesiones demoniacas ya que el saber el nombre del demonio según la creencia le da al invocador o al exorcista el poder sobre ese demonio. Esto puede ser más comprendido si nos ponemos a pensar en que intrínsecamente tememos a lo desconocido y en los tiempos antiguos la gente vivía prácticamente temerosa de todo, siendo así que se volvió necesario otorgarles nombres a las cosas a fin de que esos temores se fueran disipando. Pero el miedo aún persiste, nos acompaña siempre pues es parte de nuestra naturaleza desconfiada pero no solo como un miedo de ser seres consientes sino más es más parecido a ese arraigado instinto de supervivencia, como ese temor natural de los primates por las serpientes que los hombres comparten y de eso precisamente se valen estos supuestos seres y los directores de cine para conseguir traernos de vuelta esos viejos temores con películas de demonios y fantasmas.
“Yo en lo personal temo más a los vivos que a los muertos”
Calificación: 4 estrellas
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